Se lo hemos preguntado a algunas de nuestras artesanas y estas han sido sus respuestas:
Después de vivir en varias ciudades decidí volver al pueblo que vió nacer a mis padres, y busqué un medio de vida que me permitiera el contacto directo con la naturaleza mediante métodos no agresivos con el medio ambiente, y que mejor que la apicultura: ¡mediante las abejas se realiza el 80% de la polinización del medio!
Buscaba un trabajo no rutinario y que tanto a nivel de horario como de desarrollo, fuera compatible con la educación integral de mi hija. Además la cerámica permite un trabajo creativo con el que poder expresarme
Me dedico a la cerámica por vocación. Realice varios cursos de técnicas cerámicas, en la escuela de cerámica de La Bisbal y en la de Manuel Keller, en Madrid (esmaltes de baja temperatura, de gres y cenizas, torno y técnicas de cocción). A la vez, trabajaba en mi taller, buscando estilo propio. Desde el inicio comercializo mis piezas en ferias de cerámica, de venta directa, buscando un equilibrio entre lo comercial y lo creativo.
Mi teoría es que una persona no decide hacerse artesana. Se es artesano. Es una forma de vida que engloba todos los aspectos de la propia existencia.
Por el carácter creativo y artístico que he desarrollado y que ha contribuido al uso de texturas y elementos naturales como materia prima -ya se me apodaba Campesina antes de usar los recursos de Pesquera. Tras criar y crear una familia, contando con mi experiencia como grabadora, pintora y escultora, pasé de una posición individualista, a una labor de equipo: me aficioné a trabajar para otros artistas. Tuve la oportunidad de constituir con apoyo público una industria en estancias infrautilizados de mi vivienda. En agosto de 1998 obtuve con “besarte, papel hecho a mano”, el alta fiscal en Cantabria.
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